Por motivos de salud tuve que visitar un recientemente inaugurado hospital en la ciudad de Cochabamba, todo en el lugar parecía reluciente al extremo del blanco inmaculado. Plaquetas de reconocimientos por aquí y por allá, gente de bata blanca y verde hospital sin sonrisas por doquier. Confirmado, odio esos lugares.
Pedí cita previa para que un ser elegido en persona me pueda dar un diagnostico, asalto previo como es de esperar, caso contrario imposible pasar.
Como lo suponía había que remover un lunar de 1,5 mm. de radio, para lo cual debería solicitar nuevamente otra cita, una vez realizados los tramites de admisión y demás garantías económicas, lo que parecía que seria un simple borrón de lunar, finalmente necesitó ingreso a quirófano porque debían de cauterizarse algunos vasos sanguíneos, tal cual me explico el semidiós por quien fui atendida, parece ser que esta gente piensa que tiene contacto directo con seres superiores, parecen ser gente sin tiene corazón, ni sentimientos, parecen ser seres de otro planeta inmunes a las dolencias ajenas y al nerviosismo natural que un paciente puede sentir.
La sala de quirófano me pareció muy extraña, es que además de las mil luces que de hecho te ponen mas nerviosa de lo que ya estas, la desnudes a la que eres sometida, me sentía observada... había ventanas a los lados, supongo que para que todo aquel que pase por el lugar pueda saber que esta pasando al interior, pero al mismo tiempo yo podía ver lo que pasaba en otros quirófanos lo cual me pareció una escena horrible, solo una mente muy maligna pudo haber diseñado algo así, mi malestar fue tan grande que simplemente atine cerrar los ojos.
Los fríos azulejos blancos de las paredes tenían textura de piedra, de pronto todo en el lugar se convirtió en poco amigable, no podía distinguir entre la gente y los azulejos que allí se encontraban, sentía la misma frialdad, solo esperaba el momento de vestirme y huir, pasan 2 días y sigo en mi casita escapando del sol con 7 puntos en el mentón que espero mañana sean removidos.
Hoy me siento aburrida, pensando en lo injusto que es el sistema de salud en este país, ojalá nunca mas tenga que visitar un lugar como el descrito, tampoco me interesa averiguar que es el Juramento de Hipócrates.